¿Qué podemos hacer ahora?
Si el mundo en el que vivimos es injusto, nos deprecia o daña. Esperar que esta realidad cambie y seamos aceptados no es el camino, que el dolor pase y nuestra realidad mejore tampoco. No porque sea imposible que suceda sino porque viviríamos de lo incierto. Adapatarse a lo establecido tampoco, que algo sea complejo y su cambio por ende no sea inmediato no significa imposible. No debemos renunciar a lo justo por una comodidad y seguridad, a expensas de sacrificar quienes seamos y lo que anhelamos. Si somos felices de ser quienes seamos y ello no daña con quienes convivamos. No hay otra alternativa que ser el cambio, participar del cambio, incentivar el cambio y las limitaciones mismas. Soñarlo, reflexionarlo y comprender que una personas no cambia el mundo. Que es un error esperar a que alguien llegué a salvarnos, porque eso nunca podría pasa; lo único seguro es que nos tenemos a nosotros mismos y la unión hace la fuerza.
Hay quienes proponen como estrategia para cambiar nuestra realidad, crear una constitución democrática que permita la autonomía y no solo promueva sino asegure los derechos humanos (educación gratuita, salud universal, etc.). Esto tiene la limitación de que el cambio constitucional sea permitido por los legisladores. Que quienes ostentan el poder y se ven beneficiados de la realidad renuncien a esto o siquiera lo permitan. Dependiendo del compromiso con quienes lleguen a esas posiciones, una vez llegados al poder quieran limitarse por el bien común. Otra opción (mi preferida) es la organización de abajo a arriba. Haciendo que las personas se unan por el bien común. Creando cooperativas, comedores populas, bibliotecas, creando estructuras alternativas al poder estatal o corporativo para disminuir su dependencia de estos al mismo tiempo que demuestra su falta de necesidad. Esto conlleva más tiempo, esfuerzo y también esta limitado a las acciones que pueda tomar el statu quo para limitarlas. Por ejemplo: una cuadra decide convertir su parque en huerto comunitario y el municipio lo impide. O una cooperativas ofrece un servicio sin ganancias y es acusada de competencia desleal.
Pero ambas formas pueden convivir, teniendo como base la segunda propuesta y viendo la primera como complemento. Por ejemplo incentivar la organización de todos: en un barrio, en una ciudad; y de forma complementaria, aspirar al municipio y poder legislativo. Si se llega al municipio se cambia su estructura (municipalismo de Murray B.), pero si no se logra esto se sigue trabajando y asi independiente de ello se avanza. Esto puede y debe pasar en varios municipios de una región, en todo el pais, en todo el continente. Todo en todas partes al mismo tiempo y así luego se aspira al cambio constitucional; pero con una base organizada e informada que no ve ello como su única esperanza, sino más como un acto representativo. Porque el poder lo tienen todas las peraonas y no estan sometidas a los cambios estatales. Es utilizar toda alternativa viable basado en uno principios, y no esta limitado a un país, ya que las fronteras no limitan las aspiraciones de quienes anhelan un futuro mejor.
La realidad es que un cambio como este puede ser fácilmente oprimido por un estado o por una respuesta internacional política-militar. De ahí la importancia no solo de una comuna, región o país, sino de hacerlo posible en tantos lugares como se pueda. Mi meta es un mundo sin fronteras, y aunque no creo que en un cambio inmedito aspiro a ese futuro. ¿Qué opinas? Sobre crear estructuras u organizaciones, que serían un bien común controlado por todos y no por una entidad. En vez de una escuela pública (estatal) o particular (empresarial) una escuela común (propiedad de todos) como cooperativa que responde a las necesidades e intereses de quienes la integran. Es un sueño que podemos realizar, una realidad de la podemos participar, un futuro que podemos construir en el aquí y ahora.